El arco apuntado, también llamado arco ojival, está compuesto por dos tramos de arco formando un ángulo central, en la clave.
En la Europa del siglo XII, el arco ojival no sólo supone a un cambio estético que rompe con el clasicismo del arco de medio punto, propio de la arquitectura romanay la románica, sino que además, resulta más eficaz, pues gracias a su verticalidad las presiones laterales son menores que en el arco de medio punto, permitiendo salvar mayores espacios.
La sección del arco ojival reproduce los nervios, cada vez más complejos, del sistema gótico, que también se manifiestan en las mismas molduras del pilar.
El arco apuntado se considera uno de los tres elementos distintivos de la arquitectura gótica, junto con la bóveda de crucería y el arbotante. Es consecuencia de las novedades introducidas en el sistema constructivo gótico y acompaña en su evolución a la bóveda de crucería.
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